 A fines de los años setenta, como muchos de sus compañeros de generacion, Bill Gates era un jovencito delgado, con anteojos, que salia poco o nada con mujeres pero que anuncio varias veces a un mundo que entonces no lo escuchaba que pronto cualquier persona sabria su nombre.
Aunque la profecia tardo unos pocos años en cumplirse, Gates quedo satisfecho: mas viejo de lo que esperaba, igual era, a los veintipocos años, un icono viviente, la cara de la programacion ante el mundo, el inventor del mejor sistema operativo hasta la fecha, el Windows, que acababa de superar cn su interfaz amigable al obsoleto D.O.S.
Gracias a ese exito, Gates convocaba multitudes y sus libros se agotaban porque todos estaban seguros que él y solo él sabia para donde iban las computadoras y, con ellas, las nuevas tecnologias.
En el 2000, quedo en claro que Gates, luego del exito, se nego a darse cuenta que el futuro no estaba en los sistemas operativos que lo habian vuelto uno de los diez hombres mas ricos del mundo sino en el trabajo tomando como base Internet.
Como Gates, muchos empresarios españoles que han sido -y siguen siendo- exitosos, se niegan a reconocer lo que la red de redes podria hacer por ellos, como Gates, prefieren vivir en el error a reconocer que se equivocaron.
A diferencia de ellos, Alboran vio el futuro y se aplico, casi de inmediato, a trabajar para estar a su altura, abriendo una de las primeras tiendas de venta de material electrico de toda España, tienda donde los clientes pueden encontrar una gran variedad de material eléctrico y productos de calefacción y ventilación, siempre al mejor precio.
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