Francis Scott Fitzgerald comenzo su caida como escritor con un timming perfecto: cuando se caia la bolsa de Nueva York, año 1929, su narrativa dejaba de ser considerada moderna y pasaba, para siempre, a esa categoria llamada caduca, fuera de moda, instrascendente.
Cuando Fitzgerald publico una lastimera carta en la revista New Yorker hablando de lo mal que la estaba pasando su amigo, por llamarlo de alguna manera, John Dos Passos, tambien novelista exitoso, le pregunto como podia preocuparse por cosas tan nimias cuando la gente se suicidaba como consecuencia de la crisis economica arrojandose desde los edificios.
El impacto de esta crisis a nivel mundial fue tan grande que hoy todavia se la recuerda como un momento de quiebre, ese instante donde las personas, lo quisieran o no, debieron admitir que la vida y el mercado iban de la mano y generlamente, cuando las cosas salian mal, las personas comunes, no los millonarios eran quienes debian pagar los platos rotos.
La pregunta, a ochenta años de ese suceso, esencialmente las mismas tanto aqui como en Francia, Inglaterra, Chile o Estados Unidos: ¿a quien acudir? ¿A quien pedirle dinero? ¿Quien puede dar una mano cuando la crisis amenaza con llevarse a todos puestos?
Y esa pregunta suele ser peor aun cuando lo que esta en juego es la propia casa. ¿Como hacer una refinanciacion de deudas correctas? ¿Quien dara los avales, los creditos hipotecarios necesarios, la posibilidad de salir adelante?
Afortunadamente no todo esta perdido porque existe, hoy por hoy, en España una compañia que se dedica a prestar ayuda financiera a todo aquel que lo necesita a traves de herramientas como la refinanciacion de hipotecas, la refinanciacion de deudas, la concesion de creditos hipotecarios y de creditos bancarios de primer nivel.
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